Aprovechando los últimos días en el puerto, hemos subido el barco al varadero para limpiar y pintar el casco por abajo. Esto es algo que hay que hacer todos los años para evitar que los bajos del barco se conviertan en un criadero de mejillones. Aparte de que las algas y moluscos pueden taponar las entradas de agua (como desagües o la refrigeración del motor), el rozamiento que producen con el agua hace que el barco vaya más lento, y viajando a vela tampoco es que vayamos sobrados de velocidad.
La idea era pintarlo y bajarlo al agua de nuevo en dos días pero como hemos tenido lluvias se nos ha alargado todo el fin de semana. Así que hemos tenido que vivir casi cinco días en las alturas, subiendo y bajando por una escalerilla de tres metros. Prohibido volver borracho a casa!
Aquí podéis ver la foto del Calma bien limpio y listo para volver al agua:
SMEIS
Bonito prólogo
Espero con ilusión el primer capitulo
Suerte!!!